

La Copa Mundial de Clubes 2007 fue la cuarta edición del torneo organizado por la FIFA, que se disputó en diciembre en Japón. El evento fue disputado por los campeones de las distintas confederaciones más el campeón local, por ser sede organizadora (a menos que el campeón de su con
tinente sea otro equipo de ese país, entonces este cupo se le otorga al subcampeón, a fin de evitar equipos de la misma nación).
En la final de la competición se enfrentaron el equipo sudamericano Boca Juniors y el europeo AC Milan. Este último se impuso a su rival 4-2 coronándose campeón del mundo.

Sede: Japón
Fecha:7 de diciembre de 2007
16 de diciembre de 2007
Podio
• Campeón-AC Milan
• Subcampeón-Boca Juniors
• Tercer lugar-Urawa Red Diamonds
• Cuarto lugar-Étoile du Sahel

Partidos 7
Goles anotados:21 (3 por partido)
Espectadores:318.871 (45.553 por partido)
Goleador: Washington (3)de Urawa Red Diamonds
Balón de Oro: Kaká de AC Milan
Premio juego limpio:Urawa Red Diamonds
Y la cuarta fue la vencida. Tras coronar a equipos sudamericanos en sus tres primeras ediciones, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2007 quedó finalmente en manos europeas. El AC Milan, apoyado en una producción ofensiva para el aplauso, venció en el encuentro decisivo al Boca Juniors de Argentina y viajó a Italia con su merecido premio.
No obstante, ¿alguien se atreve a negar que una porción importante de ese trofeo pertenece nuevamente a Brasil? Los Rossoneri deben gran parte de su consagración al fútbol inagotable y maravilloso de Kaká, quien dejó Japón con un nuevo título, el Balón de Oro de adidas y el premio TOYOTA al jugador más valioso de la competencia.
Al margen de la coronación rossonera, cabe destacar la primera participación histórica de un equipo local, así como la implementación de la tecnología mediante el uso del balón inteligente. Todo eso, sumado a una jornada final con diez festejos, fútbol emotivo y definiciones con tiros desde el punto del penal, dejarán a Japón 2007 en la memoria de millones de aficionados.
Revancha soñada
El conjunto de Carlo Ancelotti llegaba a Japón con una clara premisa: llevarse el título más importante del año tras una irregular campaña en la Serie A. Su primer partido fue reñido y se saldó con victoria 1-0 sobre Urawa Red Diamonds gracias a un gol de Clarence Seedorf, pero la sensación era que el equipo italiano había guardado parte de su poderío para la final con Boca Juniors. Los argentinos, que vencieron a Étoile Sportive du Sahel por la misma diferencia, eran el rival esperado tras imponerse en la final de la Copa Intercontinental TOYOTA de 2003.
A diferencia de lo que suele ocurrir en las citas más importantes, la final disputada el 16 de diciembre en Yokohama resultó ser el encuentro más excitante del campeonato: juego ofensivo, seis goles (la mayor cantidad registrada en el partido decisivo desde la creación del torneo) e infinidad de emociones dejaron a los aficionados con los ojos bañados en fútbol.
En lo que al vencedor respecta, la venganza no pudo ser más sabrosa: con 12 sobrevivientes de la derrota de 2003, los flamantes campeones europeos desplegaron un fútbol arrollador y golearon a Boca 4-2 con una estupenda actuación de Kaká, Filippo Inzaghi y Clarence Seedorf.
El título se recibió con euforia en tierras italianas y sirvió además para reivindicar a los veteranos. El Milan fue el equipo de mayor promedio de edad de la competencia (30,7 de promedio) y sacó provecho del notable rendimiento de jugadores como Filippo Inzaghi y Paolo Maldini. El capitán, que levantó su 25 título con el club de sus amores, confirmaría luego que abandonará la profesión al final de la temporada. Tiene hoy 39 años.
Boca cae con dignidad, Urawa sorprende al mundo
Los campeones sudamericanos ya sabían lo que les esperaba en Japón, dado que participaron de tres finales de la Copa Intercontinental TOYOTA entre los años 2000 y 2003. Sin embargo, la ilusión generada con la victoria 1-0 sobre Étoile de Túnez en Tokio se vio rápidamente derrumbada por el juego arrollador del Milan. El equipo de Miguel Ángel Russo, pese a la derrota, demostró estar a la altura de los grandes compromisos internacionales gracias a jugadores como Hugo Ibarra, Ever Banega y el veloz Rodrigo Palacio. En la otra mano, el conjunto que supo deslumbrar a los japoneses con su colorida afición cuenta ahora con un récord negativo: es el primero en acumular tarjetas rojas en sus únicos dos partidos del torneo.
El tercer lugar fue para el Urawa Red Diamonds de Japón que, con la euforia de sus seguidores, recordó a muchos el sabor vivido durante la Copa Mundial de la FIFA 2002. El frío del diciembre nipón se rindió ante el caluroso ambiente reflejado en cada presentación del equipo de Holger Osieck, que llevó a los suyos a protagonizar la mejor campaña de un conjunto asiático en la historia del torneo y a quedarse, además, con el Premio al Fair Play.
Étoile Sportive du Sahel, con el orden táctico implementado por Marchand Bertrand, se lleva un reconfortante cuarto lugar.
Sepahan de Irán, Pachuca de México y Waitakere United abandonaron Japón rápidamente y con frustraciones de distinto calibre, aunque acumularon experiencia y juramentaron volver en el corto plazo.
Kaká, el año de la consagración
A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, el Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA no debió buscar demasiado para encontrar al jugador diferente de la competencia. El brasileño Kaká, con sus apiladas, lujos y destellos, sobresalió claramente por sobre todos los demás futbolistas presentes en Japón 2007.
"Este título y este premio significan un nuevo capítulo en la historia de mi carrera. Estoy muy orgulloso, pero sobre todo por el nivel de todos mis compañeros. Esa ha sido la clave para este nuevo logro", explicaría a FIFA.com, con modestia, tras la final. Y no es para menos: autor de un gol y tres asistencias en el torneo, el brasileño cerró un año notable que incluyó el título de goleo en la Liga de Campeones de la UEFA, el Balón de Oro de la revista France Football y el premio al Jugador Mundial de la FIFA 2007.
Un escalón por debajo del futbolista de 25 años se ubicaron el holandés Clarence Seedorf y el argentino Rodrigo Palacio, autor del empate transitorio de Boca Juniors en la final de Yokohama. Pero hay más: ¿cómo ignorar el talento de Washington, quien se despidió del Urawa Red Diamonds con 3 goles e infinidad de lágrimas? El brasileño, máximo anotador del torneo, ocupa un lugar especial en la memoria de los aficionados junto a Amine Chermiti, el joven y brillante delantero del Étoile Sportive du Sahel que se prepara para dar que hablar en el fútbol grande de Europa.
Posiciones finales/Participantes
1º.- AC Milan (ITA)
2º.- Boca Juniors (ARG)
3º.- Urawa Red Diamonds (JPN)
4º.- Étoile Sportive du Sahel (TUN)
5º.- Sepahan (IRN)
6º.- Pachuca (MEX)
7º.- Waitakere United (NZL)
Estadios/ sedes
Estadio Nacional (Tokio), Estadio Toyota (Toyota) y Estadio Internacional (Yokohama).
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