miércoles, 30 de diciembre de 2009

Copa Intercontinental 1980

miércoles, 30 de diciembre de 2009 0
Esta fue la primera edición que fue patrocinada por Toyota y se jugó a partir de entonces un solo match en Tokio (Japón).







Nacional de Uruguay 1 (Waldemar Victorino), Nottingham Forest de Inglaterra 0

Jugado el 11 de febrero de 1981 en el estadio "Nacional" de Tokio

Nacional: Rodolfo Rodríguez; Blanco, Hermes Moreira, Enríquez y González; Milar, Espárrago y Luzardo; Alberto Bica, Waldemar Victorino y Morales. DT: Juan Mujica.
Nottingham Forest: Peter Shilton; Anderson, Lloyd, Burns y F. Gray; O'Neill, Ponte y S. Gray; Robertson, Trevor Francis y Wallace.
Espectadores: 62,000
Árbitro: Abraham Klein (ISR)
Gol: Victorino (10')
El partido
En 1980, tras la negativa de los ingleses del Nottingham Forest, campeón de Europa, a enfrentarse a los paraguayos del Olimpia por los incidentes registrados anteriormente sobre los campos sudamericanos, surgió como alternativa la Copa Toyota, que se disputó a un único encuentro en el terreno neutral de Tokio. La primera edición se celebró finalment el 11 de febrero de 1981. El Nottingham Forest, que había logrado defender su título y acumulaba la impresionante racha de 42 encuentros sin conocer la derrota, saltó al césped como el gran favorito. Pero en el minuto 10, el lateral derecho José Hermes Moreira desbordó por su banda y envió un centro perfecto que aprovechó magistralmente Waldemar Victorino. En el tiempo restante, los ingleses no pudieron reparar la desventaja.

La figura del partido
Nacido el 22 de mayo de 1952 en Montevideo, Waldemar Victorino comenzó a dar que hablar al otro lado del Río de la Plata luciendo los colores del River Plate en 1976. El Nacional no podía dejar escapar este prodigio del país, al que consiguió repatriar a principios de la temporada 1979.
Flaco, no muy alto, merodeador infatigable del área rival, Victorino tenía una velocidad de ejecución fuera de lo común que muy a menudo le permitía desembarazarse de defensores mucho más corpulentos que él. A lo largo de dos temporadas marcó todos los goles decisivos del equipo.
En efecto, el 6 de agosto de 1980, durante la final de la Copa Libertadores contra el Internacional de Porto Alegre, remató de cabeza el único gol de la contienda sacando partido de un buen servicio de Hermes Moreira tras un golpe franco de Morales.

El 11 de febrero de 1981, en Tokio, recalcó su don de la oportunidad al firmar el único gol de la Copa Toyota contra el Nottingham Forest en el minuto 10, tras empalmar de volea un centro medido de Hermes Moreira.

El entrenador
Juan Martín Mújica es el segundo futbolista de la historia, después de su compatriota Luis Cubilla, en haber conquistado la Copa Intercontinental como jugador y como técnico.
Mújica fue un defensor sólido que actuaba por la banda izquierda. Intratable cuerpo a cuerpo, estaba dotado de una potente y prolífica zurda. Con el Nacional cosechó tres títulos de campeón de Uruguay (1969, 70 y 71), la Copa Libertadores 1971 y la Copa Intercontinental. Igualmente disputó dos torneos finales de la Copa Mundial de la FIFA en 1966 y 1970, y terminó en cuarto lugar en México.
Mújica hizo su debut como entrenador a comienzos de la temporada 1980 como responsable técnico del equipo B del Nacional. Tras la dimisión precipitada de Pedro Dellacha, el técnico titular, con motivo de un comienzo de temporada lamentable, fue designado entrenador transitorio del primer equipo. Su carrera fue fulgurante. Lo primero que hizo fue llamar a tres antiguos campeones de 1971 (Blanco, Espárrago y Morales), y a renglón seguido impuso un inédito marcaje al hombre en todo el terreno de juego que pilló por sorpresa a sus rivales. En su primera temporada al mando, obtuvo un trébol glorioso (Copa Libertadores, Copa Toyota y título de la liga uruguaya), y entró por la puerta grande en la historia del club.


martes, 29 de diciembre de 2009

Copa Intercontinental 1981

martes, 29 de diciembre de 2009 0








Flamengo
de Brasil 3 (Adilio y Nunes 2), Liverpool de Inglaterra 0

Jugado el 13 de diciembre de 1981 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Flamengo: Raúl; Leandro y Mozer; Junior, Marinho y Amdrade; Tita, Adilio, Zico, Lice y Nunes.
Liverpool: Grobbelaar; Neal, Thompson, Hansen y Lawrenson; R. Kennedy, Lee y McDermott (D. Johnson),
Souness, C. Johnsson y Dlaglish.

El partido
Sin embargo, el mayor momento de gloria del Flamengo sigue siendo su triunfo en la segunda edición de la Copa Toyota, en diciembre de 1981, cuando el genial Zico hizo explotar al Liverpool, que llegaba con la vitola de gran favorito. Zico, elegido mejor jugador de aquel partido, estuvo directamente en el origen de los tres goles. En el primero, bombeó el balón por encima del defensa Thompson, ofreciendo así una ocasión inmejorable a Nunes (12'). En el minuto 34 ejecutó con gran maestría un golpe franco que dejó clavado a Grobbelaar, y en el que Adílio sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la red. A continuación, justo antes del descanso, dio otro pase de gol a Nunes, rodeado de un enjambre de contrarios (41').

Frente a este artista, el Liverpool no supo variar su juego, e insistió en vano en el "patadón" inglés de la época, que se estrelló una y otra vez contra el sólido eje defensivo compuesto por Mozer y Marinho.

La figura del partido
El "Pelé blanco" participó en tres Copas Mundiales de la FIFA (1978, 1982 y 1986) y estableció el increíble récord de 508 goles anotados con el Flamengo. No es casualidad que la filosofía de Zico sea un fiel reflejo del fútbol brasileño, al afirmar: "En el fútbol, hay que utilizar la cabeza antes que el cuerpo. Hay que ser listo para superar al adversario siendo creativo. No se pueden ganar duelos jugando únicamente con el físico. Sin genio, el fútbol sería muy aburrido".

El entrenador
Sin duda, su entrenador de aquella época, Paulo César Carpeggiani, estaría de acuerdo. Trotamundos y amante del fútbol espectáculo, se reconvirtió gustoso en entrenador. "El hecho de encontrar gente de distintos países del mundo representa una auténtica riqueza. Conocer culturas diferentes nos aporta una visión más global, que siempre puede ayudarnos cuando buscamos ideas nuevas y modernas, diferente a la que podemos tener en nuestro propio país", afirma Carpeggiani, que pasó del Flamengo al Al Naser saudí, para regresar a Brasil e irse posteriormente a Paraguay tras una etapa en Kuwait.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Copa Intercontinental 1982

lunes, 28 de diciembre de 2009 0








Peñarol
de Uruguay 2 (Jair y Morena), Aston Villa de Inglaterra 0

Jugado el 12 de diciembre de 1982 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: Calderón (Costa Rica). Espectadores: 62.000

Peñarol: Fernández; Oliveira, Bossio, Gutiérrez y Diogo; Morales, Ramos y Saralegui; Morena, Jair y Silva.

Aston Villa: Rimmer; Jones, McNaught, Bremmer y Williams; Evans, Mortimer y Cowans; Shaw, White y Morley
El partido
La victoria de 1982 contra el Aston Villa (2-0) y la derrota por la mínima de 1987 contra el Oporto (2-1) dan fe de la permanencia del equipo uruguayo al más alto nivel. En 1982, el Peñarol se deshizo del sólido conjunto de Birmingham, no obstante algo inferior técnicamente. El brasileño Jair pegó primero, con una falta desde 25 metros que el guardameta inglés, Rimmer, sólo pudo desviar hacia su propia red (27'). El Aston Villa apretó después, pero se topó con la extraordinaria pareja de defensas centrales del Peñarol : Olivera y Gutiérrez. Y, como no podía ser menos, los uruguayos acabaron haciendo un segundo gol, cuando el extremo Silva, interceptando un pase atrás mal medido, se marchó solo para fusilar a un indefenso Rimmer (68').

La figura del partido
El brasileño Jair Gonçalves, autor de un gol de falta de lujo desde 25 metros (27'), fue el depositario del juego de Peñarol en la Copa Toyota 1982, de la que fue elegido mejor jugador. Este antiguo interior derecho ofensivo jugó la mayor parte de su carrera en el Palmeiras, con el que disputó 190 partidos entre 1974 y 1980 (102 victorias, 60 empates y 28 derrotas), antes de concluir su carrera en Uruguay con el Peñarol, a los 31 años.

Jugador polivalente que podía ser alineado asimismo en punta, Jair nunca defraudó. Ofrecía una regularidad pasmosa y una excelente visión de juego. Jair Gonçalves es actualmente el responsable de la escuela de fútbol del club de Ipanema, en el Estado de São Paulo.

El entrenador
Hugo Bagnulo era un entrenador paternalista y muy cercano a sus jugadores, a quienes siempre lograba transmitir su mensaje. Dice la leyenda que un día, durante el entrenamiento, se llevó a un jugador aparte, le puso la cabeza en el pecho y le habló despacio, para obligarle a escuchar sus consignas.

Antes de los partidos importantes, ya muy de noche, no dudaba en pasar a la habitación de los jugadores a los que notaba nerviosos para darles las "buenas noches"; o para arroparles con la sábana, si su discípulo estaba dormido.

Sigue siendo el entrenador más laureado de la liga uruguaya, con cinco títulos (1958, 1973, 1974, 1975 y 1982) y casi seis, ya que en 1959 fue sustituido en el transcurso de la temporada por Roberto Scarone.

Tuvo también el mérito de dar forma en 1958 al equipo del Peñarol que iba a ganar por primera vez cinco títulos consecutivos. Aquel conjunto era una mezcla armoniosa de jugadores experimentados como Maidana, el brasileño Milton Alves Da Silva o Hohberg, y de jóvenes con futuro como Roberto García, Alberto Hein, Néstor Gonçalves, Oscar Leitch, Walter Aguerre y un tal Luis Cubilla.

Copa Intercontinental 1983








Gremio de Porto Alegre de Brasil 2 (Renato Gaúcho 2) Hamburger SV de Alemania Federal 1 (Schroeder)

Jugado el 11 de diciembre de 1983 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: Michel Vautrot (Francia). Espectadores: 62.000

Hamburger SV: Stein; Wehmeyer, Hieronymus, Jacobs y Schroeder; Groh, Rolff y Magath; Hartwiq, Hansen y Wuttke.

Gremio: Mazarópi; Paulo Roberto, Baidek, De León y Paulo César Magalhaes; China, Osvaldo (Bonamigo) y Mário Sérgio; Renato Gaúcho, Tarciso y Paulo César Cajú (Caio).

El partido
El Hamburgo alemán, entonces vigente campeón de Europa, partía como favorito, aun con la ausencia de varios titulares, lesionados. Y es que se consideraba que el Grêmio carecía de experiencia a este nivel. Sin embargo, los brasileños saltaron al campo liderados por el ímpetu de su estrella, Renato. El delantero realizó una extraordinaria jugada por la banda izquierda, dejando clavado a Hieronymus antes de abrir el marcador con un disparo al primer palo desde un ángulo muy cerrado (37'). A pesar de las múltiples ofensivas alemanas, los brasileños controlaban el juego, principalmente gracias al enorme trabajo realizado por los dos recuperadores, Mário Sérgio, de 33 años, y Paulo César Lima, de 34.

Pero los alemanes no se rindieron: reorganizaron su equipo y situaron al atlético defensor Jakobs en ataque para llevar peligro en el juego aéreo. La táctica dio sus frutos: a cinco minutos del final del tiempo reglamentado, Schröder empataba tras una buena asistencia de Jakobs (85'). Pero cuando todos los espectadores esperaban ya la prórroga, Renato atrapó un centro bien medido de Caio, avanzó y colocó un derechazo imparable. Corría entonces el minuto tres del tiempo añadido (90' + 3').

La figura del partido
La principal gesta del delantero Renato Portaluppi, más conocido por el nombre de Renato Gaúcho, son los dos goles que marcó en la final de la Copa Toyota en 1983. Entre 1983 y 1993, este dinámico atacante fue convocado en 23 ocasiones por la Seleção, aunque nunca llegó a hacerse realmente con un puesto de titular. Al principio de su carrera permaneció fiel al Grêmio (desde 1981 hasta 1987), con el que conquistó un título de campeón de Brasil y una Copa Libertadores, a los que debe añadirse el título de mejor jugador de la Copa Toyota 1983. Luego militó en diversos clubes, desde el Flamengo hasta el Fluminense, pasando por el Roma, sin llegar a estar más de una temporada en ninguno de ellos.

El entrenador
Valdir Atahualpa Ramírez Espinosa, un auténtico trotamundos, vivió su mayor momento de gloria con el Grêmio, cuatro años después de su debut en la profesión. Este técnico, excelente gestor, centraba sus esfuerzos en conducir de la mejor manera posible las relaciones en el seno del grupo, para extraer el máximo rendimiento de sus hombres. Después de dos temporadas con el Grêmio, con el que conquistó en 1983 el doblete Copa Libertadores-Copa Toyota, alternó los viajes al extranjero (Riad en Arabia Saudí, Tokyo Verdi en Japón y varios clubes paraguayos) con regresos a la liga brasileña (Botafogo, Palmeiras, Corinthians, Fluminense).

Pero en Paraguay fue donde se reencontró con los títulos. Se proclamó en dos ocasiones campeón de ese país, en 1987 y 1992, con el Cerro Porteño.

Copa Intercontinental 1984








Independiente de Argentina 1 (Percudani), FC. Liverpool de Inglaterra 0

Jugado el 9 de diciembre de 1984 en el estadio "Olímpico" de Tokio (Japón).
Arbitro: Romualdo Arpi Filho (Brasil). Espectadores: 62.000

Independiente: Carlos Mario Goyén; Néstor Rolando Clausen, Hugo Eduardo Villaverde (Pedro Damián Monzón), Enzo Héctor Trossero y Carlos Alberto Enrique; Ricardo Omar Giusti, Claudio Oscar Marangoni, Ricardo Enrique Bochini y Jorge Luis Burruchaga; José Alberto Percudani y Alejandro Esteban Barberón. DT: José Pastoriza

Liverpool: Grobbelaar; Neal y Nicol; R. Kennedy, Hansen y Gillespie; Dalglish, Mölby, Rush, Johnston y Wark (Whelan).

El partido
Tras un nuevo fracaso en 1974, los argentinos conquistaron su segundo título en 1984, frente al Liverpool. Esta vez el triunfo rioplatense se construyó en seis minutos: excelente asistencia de Claudio Marangoni por encima de la defensa inglesa para José Percudani, quien controló bien el esférico, avanzó y superó sin dificultades a Grobbelaar. El partido quedó sentenciado. Los delanteros de los Reds no pudieron encontrar la más mínima grieta en la defensa de los Diablos Rojos.

La figura el partido
Jorge Luis Burruchaga, nacido el 9 de octubre de 1962 en Gualeguay (provincia argentina de Entre Ríos), era el complemento ideal de Diego Maradona en el centro del campo con la selección argentina, sobre todo durante la Copa Mundial de la FIFA México 1986.
'El Burru' marcó el gol de la victoria contra Alemania (3-2) en la final del 86, y disputó también todos los partidos de la Copa Mundial de la FIFA 1990. Su registro con el combinado nacional es de 13
goles en 59 encuentros.
En competiciones de clubes, ganó una liga argentina, una Copa Libertadores y la Copa Toyota 1984 con Independiente. Después de ocho temporadas en Francia (siete en el Nantes y una en el Valenciennes) terminó su carrera el 10 de abril de 1998 con Independiente contra Vélez (0-3). Actualmente es el entrenador del Estudiantes de La Plata.

El entrenador
El nombre de José Omar Pastoriza estará ligado a perpetuidad al de Independiente. Sus diversos apodos, "el caudillo", "el crack", "el ganador", son fiel reflejo de este hombre elegante, de técnica extraordinaria, dotado de una fuerte personalidad y que no se rendía nunca.
Centrocampista procedente de Rosario, acumuló primero un gran historial como jugador en Independiente entre 1966 y 1972 (tres títulos de campeón de Argentina y una Copa Libertadores), fecha en la que fichó por el Mónaco.
En 1976 regresó a Independiente como entrenador, y ocupó el puesto de forma ininterrumpida durante quince años, un récord en Argentina. Con el transcurrir de los meses y los años acabó fundando una auténtica "familia roja", un grupo muy unido, que exhibía una marcada vocación ofensiva, y con el que conquistó otros tres campeonatos, una Copa Libertadores y una Copa Toyota. El destino quiso que Pastoriza, quien fue entrenador además del seleccionado de Venezuela, falleciera el 2 de agosto de 2004 mientras ocupaba el cargo de director técnico de Independiente.

Copa Intercontinental 1985











Juventus de Italia 2 (Platini (p) y Laudrup), Argentinos Juniors 2 (Ereros y Castro)

Argentinos Juniors - Juventus 1 parte
Argentinos Juniors - Juventus 2 parte
Se jugó tiempo suplementario.
Definición por penales: Juventus 4, Argentinos Juniors 2
Aciertos en la tanda de penales:Para el Juventus: Brio, Cabrini, Serena y Platini
Para Argentinos Juniors: Olguín y J. J. López
Jugado el 8 de diciembre de 1985 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: Roth (Alemania Federal). Espectadores: 62.000

Juventus: Tacconi; Favero y Cabrini; Bonini, Brio y Scirea (Pioli); Mauro (Briaschi), Manfredonia,
Serena, Platini y Laudrup.

Argentinos Juniors: Enrique Bernardo Vidallé; José Luis Pavoni y Adrián Néstor Domenech; Carmelo Daniel Villalba, Sergio Daniel Batista y Jorge Mario Olguín; José Antonio Castro, Mario Hernán Videla, Claudio Daniel Borghi, Emilio Nicolás Commisso (Renato Corsi) y Carlos Adolfo Ereros (Juan José López).
El partido
La Juve tuvo que luchar mucho para hacerse con su primera Copa Toyota, luego de su fracaso de 1973, ya que el sorprendente Argentinos Juniors se batió con bravura, practicando un fútbol de extraordinaria calidad. En el segundo tiempo, los sudamericanos incluso dieron la campanada dos veces, al adelantarse por mediación de Ereros (55') y de Castro (75'). Pero Platini (63', de penal) y Michael Laudrup (82'), permitieron a los italianos
volver a meterse dentro del partido. El conjunto rioplatense acabó cediendo en los lanzamientos penales (4-2), aunque, como subrayaba el rotativo argentino El Gráfico, la Copa acabó teniendo dos vencedores: "El Juventus, que se llevó el título, tal y como se esperaba, y Argentinos Juniors, cuyo juego sedujo a todo el mundo".

La figura del partido
Es difícil quedarse con una estrella entre la auténtica constelación que tenía el equipo del Juventus. No obstante, Michel Platini tuvo un papel indiscutiblemente decisivo en la obtención del primer título. El futbolista francés, que mantenía una estrecha relación con el presidente Agnelli, dejó huella durante su paso por la Juve con una liga
italiana, una Copa, una Copa de Europa, una Recopa, una Copa Toyota, tres títulos consecutivos de máximo goleador y tres trofeos consecutivos de mejor jugador europeo.

El entrenador
Por el banquillo de la Vieja Dama han pasado los mejores entrenadores del mundo, pero sin duda alguna quien dejó una imagen más duradera fue el elegante Giovanni Trapattoni, con su divisa: "Un equipo de fútbol es una defensa de hierro y un ataque inventivo".
Tomando como base estos criterios, "Trap", en más de 30 años de carrera, dirigió a nueve equipos (AC Milan, Juventus, Inter, Bayern de Múnich, Cagliari, Fiorentina, Benfica, Suttgart y Salzburg), con los que conquistó 21 trofeos, entre los que destacan nueve ligas en tres países distintos, siete en Italia (Juventus 6, Inter 1), una en Alemania, con el Bayern, y otra en Portugal (Benfica, 2005). Trapattoni también ha ganado tres copas nacionales en dos países (dos con el Juventus y una con el Bayern), dos supercopas nacionales (Inter y Bayern) y seis copas europeas (una Copa de Europa con el Juventus; una Recopa, también con el club turinés; y tres Copas de la UEFA, dos de ellas con el Juventus y otra con el Inter), una Supercopa de Europa con el Juventus y, por último, la Copa Toyota. Y pese a todo, sigue soñando aún con nuevos títulos.

Copa Intercontinental 1986

River Plate de Argentina 1 (Alzamendi), Steaua Bucarest de Rumania 0








La Copa Intercontinental 1986 fue la 25º edición del torneo. Enfrentó al campeón de Europa ante el campeón de Sudamérica.Jugado el 14 de diciembre de 1986 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: José Luis Martínez Bazán (Uruguay). Espectadores: 62.000

River Plate: Nery Alberto Pumpido; Jorge Manuel Gordillo, Nelson Daniel Gutiérrez, Oscar Alfredo Ruggeri y Alejandro Alfredo Montenegro; Héctor Adolfo Enrique, Américo Rubén Gallego y Norberto Osvaldo Alonso y Roque Raúl Alfaro (Daniel Adolfo Sperandío); Antonio Alzamendi y Juan Gilberto Funes. DT: Héctor Rodolfo Veira. Suplentes: Sergio Javier Goycochea, Rubén Darío Gómez, Claudio Morresi y Néstor Raúl Gorosito.

Steaua: Stîngaciu; Iovan, Belodedici, Bumbescu y Weisenbacher; Barbulescu (Majearu), Stoica, Balan y Balint; Lacatus y Piturca. DT: Anghel Iordanescu. Suplentes: Iordache, Cireasa, Ivan y Lotariu.
El partido
En su primer viaje a la capital japonesa, River Plate se quedó con toda la gloria. El campeón de la Copa Libertadores se enfrentó al Steaua Bucarest de Rumania el 14 de diciembre de 1986 y, pese a lo áspero que resultó el trámite del partido, terminó levantando el trofeo. El autor del único gol fue el uruguayo Antonio Alzamendi, quien aprovechó un tiro libre realizado rápidamente por Norberto Alonso para batir al arquero con un toque corto de cabeza (28').
El gol del delantero uruguayo, quien fue elegido además como el Jugador del Partido, definió la suerte del equipo argentino, que supo aguantar el resultado con la experiencia de sus futbolistas campeones del mundo en México 1986: Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Héctor Enrique. La victoria fue ampliamente celebrada en la mañana argentina, donde miles de hinchas se congregaron en las calles para homenajear a los campeones.

La figura del partido
El líder, capitán y figura de aquel plantel Millonario es considerado todavía como uno de los máximos ídolos en la historia del club: Norberto Osvaldo Alonso. Más conocido como "Beto", el zurdo surgió de las divisiones juveniles de River Plate y formó parte del seleccionado que se consagró en la Copa Mundial de la FIFA Argentina 1978. En el club de la Banda Sangre disputó 374 partidos, anotó 149 goles y conquistó 9 títulos. Tras la victoria ante el Steaua, en Tokio, decidió colgar los botines. "En el momento en que terminó el partido, mientras daba la vuelta olímpica, supe que tenía que retirarme así", explicaría luego. En 1989, además, fue entrenador del club.
El entrenador
Pese a no tratarse de un hombre de la casa, Héctor Rodolfo Veira entró rápidamente en la historia del club. Considerado un motivador nato, el "Bambino" gestó un equipo compacto y con una característica de juego inconfundible: era letal en el contragolpe. "River es la Casa Blanca, un club espectacular. En 1986 armamos un grupo muy sólido y, por sobre todas las cosas, de hombres. Sabíamos bien lo que buscábamos, y por eso lo conseguimos", recuerda quien, más tarde y con menos pelo, dirigiría además a Boca Juniors y a San Lorenzo de Almagro.

Copa Intercontinental 1987









FC. Porto 2 (Gomes y Madjer), Peñarol de Uruguay 1 (Viera)

Jugado el 13 de diciembre de 1987 en el estadio "Olímpico" de Tokio (Japón)
Arbitro: Wohrer (Austria). Espectadores: 45.000
Se jugó tiempo suplementario

FC. Porto: Mlynarczyk; João Pinto, Inacio, Lipa Pereira y Rui Barros (Quim); Geraldão, Magalhães y Madjer; Sousa, Gomes y André.

Peñarol: Pereira; Rotti, Trasante, Herrean (Gonsalves) y Domínguez; Perdomo, Da Silva y Aguirre; Vidal, Cabrera (Matosas) y Viera.



domingo, 27 de diciembre de 2009

Copa Intercontinental 1988

domingo, 27 de diciembre de 2009 0







Nacional de Uruguay 2 (Ostolaza 2),PSV Eindhoven de Holanda 2 (Romário y Koeman)

Definición por penales. Para PSV convirtieron: Koeman, Gillhaus, Romário, Ellerman, Valckx y Koot. No convirtieron: Kieft, Lerby, Gerets y Van Aerle. Para Nacional convirtieron: Lemos, Castro, De
León, De Lima, Revélez, Ostolaza y Gómez. No convirtieron: Carreño, Morán y Saldanha. PSV Eindhoven 6, Nacional 7.

Jugado el 11 de diciembre de 1988 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: Jesús Díaz Palacios (Colombia). Espectadores: 62.000

PSV Eindhoven: Van Breukelen; Gerets, Koot, Koeman y Heintze (Valckx); Lerby, Van Aerle, Vanenburg (Gillhaus) y Romário; Kieft y Ellerman.

Nacional: Seré; Gómez, De León, Revélez y Saldanha; Ostolaza, Vargas (Morán), Lemos y De Lima,Cardaccio (Carreño) y Castro.
Mejor jugador Flag of Uruguay.svg Santiago Ostolaza
Nacional

La Copa Intercontinental 1988 fue la 27º edición del torneo y la 9ª edición disputada a una única final en la ciudad de Tokyo. Enfrentó al campeón de la Copa Libertadores de América de ese año, el Club Nacional de Football uruguayo con el campeón de la Copa de Europa del mismo año, el PSV Eindhoven neerlandés. El encuentro se disputó el 11 de diciembre de 1988 en el Estadio Olímpico de Tokio, Japón. El árbitro fue el colombiano Jesús Díaz Palacios. El marcador final del encuentro, pasados los 90 minutos reglamentarios más los 30 suplementarios fue de empate a dos goles. La definición por penales favoreció al Club Nacional de Football de Uruguay por 7 conversiones contra 6 del PSV Eindhoven de los Países Bajos. Es considerada tanto por la prensa oficial de la Conmebol y la FIFA como por los aficionados como una de las finales más emotivas de la historia de la Copa Intercontinental, ya que fue un partido que lo tuvo a su favor el conjunto uruguayo, luego pareció que los neerlandeses se llevaban la copa y ya en los segundos finales los uruguayos lograron la igualdad. A esto hay que agregarle la tanda de definición por penales en la cual se dispararon 20 penales y en la cual ambos equipos llegaron a estar a solo un gol de coronarse campeones.

Copa Intercontinental 1989








AC Milan
de Italia 1 (Evani), Atl. Nacional de Colombia 0

Jugado el 17 de diciembre de 1989 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón)Arbitro: Fredriksson (Suecia). Espectadores: 60.228

AC Milan: Galli; Tassotti y Maldini; Fuser (Evani), Costacurta y Baresi; Donadoni, van Basten, Ancelotti, Rijkaard y Massaro (Simone).

Atl. Nacional: Higuita; Escobar y Gómez; Cassiani, Herrera y Pérez; Arango (Restrepo), Alvarez, Alboleda (Usuriaga), García y Tréllez.

Copa Intercontinental 1990








AC. Milan de Italia 3 (Rijkaard 2 y Stroppa), Olimpia de Paraguay 0


Milan AC:Pazzagli; Baresi, Tassotti, Costacurta, Maldini (Galli), Carbone, Donadoni (Gaudenzi), Rijkaard, Stroppa, Gullit y Van Basten.

Olimpia: Almeida; Fernández, Cáceres, Guasch, R. Ramírez (Chamac), Suárez, Hoyn (Cubilla), Balbuena, Monzón, Amarilla, Samaniego

Jugado el 9 de diciembre de 1990 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón)
Arbitro: Roberto Wright (Brasil). Espectadores: 60.228




Copa Intercontinental 1991





Estrella Roja de Yugoslavia 3 (Jugovic 2 y Pancev), Colo Colo de Chile 0

Jugado el 8 de diciembre de 1991 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: Kurt Rothlisberger (Suiza). Espectadores: 60.000

Crvena Zvezda: Milojevic; Belodedici, Radinovic, Najdoski y Vasilijevic; Mihajlovic, Stosic y Jugovic; Ratkovic, Savicevic (expulsado 43') y Pancev.

Colo Colo: Morón; Garrido, Margas, Miguel Ramírez (Rubio) y Salvatierra (Dabrowski); Mendoza, Vilches y Barticiotto; Pizarro, Yáñez y Martínez.
La Copa Intercontinental 1991 fue la 30º edición del torneo-Espectadores:60,000


Copa Intercontinental 1992




São Paulo 2x1 Barcelona -(Raí 2)/Stoitchkov)- Olímpico Nacional, Tokio-
- Espectadores: 60.000-


FC Barcelona: Zubizarreta; Ferrer, Guardiola, R. Koeman y Eusebio; Bakero (Goicoechea), Amor y Stoitchkov; M. Laudrup, Ri. Witschge y Beguiristain (Nadal).

São Paulo: Zetti; Ronaldo, Victor, Ronaldo Luiz y Adílson; Toninho Cerezo (Dinho), Pintado y Raí; Müller, Palinha y Cafú.

Arbitro: Juan Carlos Loustau (Argentina).

sábado, 26 de diciembre de 2009

Intercontinental Cup 1993

sábado, 26 de diciembre de 2009 0


Intercontinental Cup 1993- Milan 2 X 3 São Paulo FC

Nota: El campeón de Europa, Olympique Marseilla fue suspendido debido al escándalo por amaños en los resultados de la liga francesa y fue reemplazado por el subcampeón, el Milan de Italia.

Milan AC de Italia 2 (Massaro y Papin)//São Paulo 3 (Palinha, Toninho Cerezo y Müller)


Jugado el 12 de diciembre de 1993 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).

Arbitro: Joel Quiniou (Francia). Espectadores: 52.275

Milan AC: Rossi; Panucci, Costacurta, Baresi y Maldini; Albertini (Orlando), Desailly y Donadoni; Massaro, Papin y Raducioiu (Tassotti).

São Paulo: Zetti; Cafú, Válber, Ronaldo y André; Doriva, Dinho, Toninho Cerezo y Leonardo; Palinha (Juninho) y Müller.


Copa Intercontinental 1994








Vélez Sarsfield de Argentina 2 (Trotta (p) y Asad) Milan de Italia 0

La Copa Intercontinental 1994 fue la 33º edición del torneo. Enfrentó al campeón de Europa ante el campeón de Sudamérica.
Jugado el 1 de diciembre de 1994 en el estadio "Nacional" de Tokio (Japón).
Arbitro: José J. Torres Cadena (Colombia). Espectadores: 47.886

AC Milan: Rossi; Tassotti, Baresi, Co
stacurta (expulsado 85') y Maldini; Albertini, Donadoni, Desailly y Boban; Savicevic (Simone) y Massaro (Panucci).

Vélez Sarsfield: José Luis Félix Chilavert; Héctor Almandoz, Roberto Luis Trotta, Víctor Hugo Sotomayor y Raúl Ernesto Cardozo; José Horacio Basualdo, Marcelo Adrián Gómez, Christian Hugo Bassedas y Roberto Fabián Pompei; Omar Andrés Asad y José Oscar Flores. DT: Carlos Bianchi.

Copa Intercontinental 1995








Ajax de Holanda 0, Gremio de Porto Alegre (Brasil) 0
Se jugó tiempo suplementario.
Definición por penales. Ajax 4 (Ronald de Boer, Frank de Boer, Finidi y Blind), Gremio 3 (Magno, Gélson y Adílson)

El partido
El Ajax de Amsterdam es, hasta hoy, el único equipo que ha ganado la Copa Intercontinental sin haber marcado un solo gol en el tiempo de juego regular. Los holandeses se impusieron al Grêmio de Porto Alegre en la tanda de penales (4-3), después de que el partido llegara con empate sin goles al final del tiempo reglamentado y sin que en la prórroga ninguno de los dos rivales pudiera tampoco anotar. Como suele suceder con los duelos entre dos equipos igualados, el partido fue mar
cadamente táctico.
Los jugadores del Ajax apenas encontraron huecos en la muralla defensiva brasileña; Rivarola fue una sombra para Patrick Kluivert, aunque tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 57 con una tarjeta roja. Pese al contratiempo, los brasileños consiguieron llegar a los penales con el marcador a cero, y allí la suerte quedó echada a las primeras de cambio, según se vería después: el portero del Ajax, Edwin van der Sar, paró el primer penal de Dinho; después fallaron Kluivert y Arce, antes de que todos los demás consiguieran marcar, y Blind, con su gol, redondeó la victoria por 4-3 para los holandeses.

La figura del partido
Danny Blind, que luego sería entrenador del club, fue designado tras la final como mejor jugador del partido. Convirtió el penal decisivo en el 4-3 que
deparó a su equipo por segunda vez en la historia la Copa Intercontinental. Pero sería injusto destacar a uno solo en un conjunto cuajado de figuras. La alineación de aquel encuentro equivale al "quién es quién" de la escena futbolística europea del momento: Frank y Ronald de Boer, Edgar Davids, Patrick Kluivert, Nwankwo Kanu, Jari Litmanen, Marc Overmars y Edwin van der Sar, por nombrar sólo a unos pocos.

El entrenador
En los dorados años noventa fue el hasta entonces relativamente desconocido Louis van Gaal el entrenador que conduciría al club a renovados éxitos. Van Gaal es el técnico más laureado de la historia del Ajax: 3 ligas holandesas (1994, 1995, 1996), 1 copa (1993), 1 Liga de Campeones (1995), 1 Copa Intercontinental (1995), 1 Copa de la UEFA (1992), 1 Supercopa de Europa (1996) y 3 Supercopas holandesas (1993, 1994, 1996).

Ajax de Amsterdam, 0 - Grêmio FB Porto Alegrense, 0 (en los penales: 4-3)
Anotaron en la ronda de penales:
Ronald de Boer, Frank de Boer, Finidi George, Danny Blind ( Ajax ); Magno Mocelin, Gélson da Silva, Adílson Dias Batista (Grêmio).
Lugar: Tokio.
Estadio: Estadio Nacional,
28 de noviembre de 1995.
Ajax:
Edwin van der Sar; Frank de Boer, Michael Reiziger, Winston Bogarde, Danny Blind, Ronald de Boer, Edgar Davids, Jari Litmanen (Martijn Reuser); Finidi George, Patrick Kluivert, Marc Overmars (Nwankwo Kanu).
Grêmio FB:
Danrlei de Deus; Francisco Arce, Catalino Rivarola, Adílson Dias Batista, Dinho, Roger Marchado Margues, Paulo Nunes, Luís Carlos Goiano, Mário Jardel (Magno Mocelin); Arílson da Costa (Luciano Williames), Carlos Miguel da Silva (Gélson da Silva).


Copa Intercontinental 1996








Juventus FC de Italia 1 (Del Piero), River Plate de Argentina 0

Ciudad: Tokio
Estadio: Estadio Nacional
Espectadores: 48,305
26 de noviembre de 1996
Árbitro: M. Rezende (BRA)
Goles: Del Piero (81')
Juventus : Peruzzi, Ferrara, Porrini, Torricelli, Montero, Di Livio, Deschamps, Jugovic, Zidane, Boksic, Del Piero.
Ent.: M. Lippi.
River Plate: Bonano, Diaz, Berizzo, Ayala, Sorin, Astrada, Monserrat, Berti, Ortega, Francescoli, Cruz.
Ent.: M. Diaz.
Mejor jugador del partido: Alessandro del Piero (Juventus)

El partido
En 1996, la Juve sumó su segundo título contra otro equipo argentino, el River Plate, que también aspiraba a repetir trofeo. Esta final fue sumamente disputada. A nueve minutos de la conclusión, un tiro del mediapunta argentino Ariel Ortega se estampó contra el travesaño, y en el subsiguiente despeje
Zinédine Zidane desvió el balón de cabeza para Alessandro Del Piero, quien marcó el único gol del partido con un zurdazo tras un tiro de esquina (81').

La figura del partido
Apodado "Pinturicchio" por Giovanni Agnelli, ya que su toque de balón recuerda las pinceladas del maestro del Renacimiento, Alessandro Del Piero ocupa un lugar por méritos propios
dentro del fútbol italiano.
Franco Causio fue quien lo descubrió, cuando jugaba en el Pádova. Del Piero, cuyo ídolo sigue siendo el francés Michel Platini, es a la vez un temible goleador y un sensacional mediapunta, capaz de decantar un partido con un único gesto. Su palmarés con el Juventus habla por sí solo: se ha adjudicado ligas locales, una Liga de Campeones y una Copa Toyota.
Cuando tiene confianza y está en forma, es capaz de todo, como demostró en la temporada 1997-98, cuando marcó 32 goles. Pero la trayectoria de Del Piero, a quien afecta mucho su estado de ánimo, presenta altibajos, que se suceden al ritmo de sus goles y sus lesiones. Varias veces fue abucheado por la hinchada. Sin embargo, en cada ocasión, Del Piero ha demostrado una gran fuerza de carácter, regresando al más alto nivel y haciendo callar a sus detractores.
En 2004 tuvo una temporada mediocre, pero despertó a diez jornadas del final para salvar al equipo con sus goles decisivos, sobre todo contra el Milan. En la temporada 2005/2006, ni siquiera tuvo asegurada la titularidad, ni con el Juventus ni con la selección italiana. Pero lejos de rendirse, formó parte del representativo nacional que se hizo con el título en Alemania 2006 donde anotó, además, un recordado gol en semifinales frente al conjunto local.
El entrenador
El toscano Marcelo Lippi, que sigue vistiendo de punta en blanco en los banquillos, es una auténtica estrella, en el mismo plano que los mejores futbolistas. A pesar de todo, no es una persona a la que le guste prodigarse en discursos, y tiene una flema muy británica. Su nombre permanecerá por siempre vinculado a la historia del Juventus, con cinco ligas, una Liga de Campeones, una Copa Toyota y una Copa de Italia.
Después de u
na modesta carrera de jugador, que pasó casi en su totalidad en el Sampdoria de Génova (1962-1979), Lippi se consolidó como uno de los entrenadores más reputados del mundo. Muy exigente y riguroso hasta el extremo, dirige a su equipo con puño de hierro. Sus sesiones de entrenamiento son
minuciosamente analizadas por todos los técnicos de Europa.
"Tan sólo hay que saber manejar las situaciones, y a veces saber mostrarse más eficaz que espectacular", considera este preparador de difícil clasificación.
Tras un período infructuoso en el Inter, Lippi no tardó en reencontrarse con el éxito en el Juventus, al que regresó en 2001, y tenía previsto despedirse del fútbol al término de la temporada 2004. "Quería retirarme, pero la Asociación Italiana de Fútbol se puso en contacto conmigo, y para mí es un honor intentar una última experiencia con la Squadra Azzurra", confesaba Lippi, quien ingresó en la historia grande el 9 de julio de 2006 al conquistar la Copa Mundial de la FIFA en Alemania. Con toda la gloria en sus brazos, y pese a que tuvo una oferta para mantenerse en el cargo, Lippi optó por el retiro definitivo.



Copa Intercontinental 1997








Borussia Dortmund de Alemania 2 (Zorc y Herrlich), Cruzeiro de Belo Horizonte (Brasil) 0
Copa Toyota 1997
Ciudad: Tokio
Estadio: Nacional de Tokio,
2 de diciembre de 1997.
Goles: Michael Zorc, Heiko Herrlich.
Borussia:
Klos-Feiersinger-Reuter, Julio César-Freund, Sousa, Heinrich, Möller, Zorc (Kirovski), Herrlich, Chapuisat (Decheiver).
Cruzeiro:
Dida, Vítor, João Carlos, Gonçalves, Eliverton, Fabinho, Cleison, Roberto Palacios (Marcelo), Ricardinho, Bebeto, Donizete.
El partido
El campeón sudamericano, reforzado especialmente para este partido con tres jugadores, comenzó el encuentro pisando el acelerador. El Borussia tardó en encontrar su sitio en el campo, y la falta de orden inicial en su defensa y mediocampo obligó a Stefan Klos a emplearse a fondo para evitar que los brasileños plasmasen en goles su dominio. Los excelentes reflejos del meta alemán desbarataron varias oportunidades claras, en las botas de Palacios (2'), Elivelton (6') y Donizete (12'). Tras el vertiginoso arranque del cuadro sudamericano, el Dortmund se fue adueñando gradualmente del partido, gracias sobre todo a la sobresaliente aportación de Paulo Sousa. Después de sendas ocasiones marradas por Möller (11') y Herrlich (27'), Zorc aprovechó un despiste de la defensa brasileña y marcó, pasada la media hora de juego, un merecido gol que colocaba el 1-0 en el marcador. La segunda parte fue un calco de la primera. El Cruzeiro apretó en busca del empate, pero el Dortmund, ayudado por la diosa fortuna, volvió a sobrevivir al asedio brasileño. A falta de cinco minutos para el final, con el conjunto sudamericano volcado sobre el área germana, Heiko Herrlich anotó el definitivo 2-0.

La figura del partido
"El mejor brasileño del encuentro ha jugado en nuestro equipo", aseguró tras el duelo el cerebro del mediocampo alemán, Andreas Möller, en referencia a la actuación de Julio César Silva. Lo cierto es que el defensa brasileño jugó un partido sensacional. No era ninguna sorpresa que sus compatriotas, en el otro equipo, afrontasen la contienda con una gran motivación. La insistente y furiosa ofensiva de los peloteros del Cruzeiro de Belo Horizonte se topó una y otra vez con Julio César, que se las arregló para repeler el balón con pies y cabeza y evitó que la portería germana fuese perforada.
El entrenador
Después de ganar la Liga de Campeones con el Borussia Dortmund, Ottmar Hitzfeld dejó el cargo de entrenador. Nevio Scala le sustituyó al inicio de la temporada 1997-98, por lo que fue el italiano quien ocupó el banquillo del conjunto alemán en el partido de la Copa Toyota y consiguió el que sería su único título al frente del Borussia Dortmund. Tras una temporada y un insuficiente décimo puesto en la Bundesliga, Scala abandonó el club.



Copa Intercontinental 1998








Real Madrid de España 2 (Nasa e/c y Raúl), Vasco da Gama de Brasil 1 (Juninho)

Estadio Nacional de Tokio (1 diciembre 1998)
Real Madrid 2-1 Vasco da Gama
Público: 51,514 espectadores
Goles: Nasa (25' pp), Juninho (56'), Raúl (83')
Árbitro: Mario Sánchez (CHI)
Real Madrid: Ilgner, Panucci, Sanchís, Sánz, Roberto Carlos, Hierro, Redondo, Seedorf, Savio (Suker, 89'), Raúl, Mijatovic (Jarni, 89')
Vasco da Gama: Carlos Germano, Wágner (Víctor, 75'), Odvan, Mauro Galvão, Felipe, Nasa, Luizinho (Guilherme, 85'), Donizete, Luizão.

El partido
El Real Madrid fue astuto y efectivo ante el Vasco da Gama en un estadio olímpico de Japón lleno hasta la bandera. El gol que abrió el marcador lo anotó el central Naza en propia meta y poco después del descanso Juninho igualó la contienda con un tremendo trallazo que se coló por la escuadra de la portería defendida por Il
gner.
En la segunda parte se vivió un vibrante espectáculo con buenas oportunidad en ambas
porterías, gol fantasma incluido para los brasileños. El Madrid controlaba más el balón pero el Vasco tenía chispazos que sólo el acierto del portero madridista supo neutralizar. Pero cuanto más le necesitaba su equipo, Raúl sacó a relucir su talento para salvar el partido cuando ya se presentía la prórroga. El delantero estrella blanco recibió un pase desde más de 30 metros de Seedorf, se deshizo de Vitor, le rompió la cintura a Odvan y dejó en el suelo al portero Carlos Germano para anotar el gol de la victoria.

La figura del partido
Raúl González, con sólo 21 años, ya era toda una estrella cuando llegó a la final de Tokio donde no hizo sino acrecentar su popularidad y la admiración de una afición completamente devota del joven delantero. Tras su debut con el Real Madrid en Liga con tan sólo 17 años, sus brillantes actuaciones y oportunos goles han ido escribiendo su historia que va para leyenda, tanto en su club, como con la selección nacional.
"Recibí un gran centro de Seedorf, recorté dos veces a Vitor y Odvan y marqué con la derecha ante la salida del portero Germano. El regate fue bautizado con el sobrenombre de aguanis", decía con total sencillez Raúl recordando aquel momento.

El entrenador
"Teniendo jugadores como Raúl, son ellos los tienen que marcar la diferencia", decía el técnico Guus Hiddink al final del encuentro. El holandés le dio al Real Madrid la segunda Copa Intercontinental de su historia tras 38 años de sequía. Fue un buen arranque de la temporada 1998/99, aunque tras lograr el título, la falta de buenos resultados llevó a su destitución. Ocupó el banquillo del Bernabéu sólo siete meses.
Hiddink inició su carrera de entrenador en el PSV Eindhoven a finales de los años 80 para luego dirigir al Fenerbahce (90/91) y al Valencia (91/94). Fue seleccionador nacional de Holanda entre 1995 y 1998. Tras su breve paso por el Bernabéu su siguiente reto fue la selección de la República de Corea con la que consiguió el cuarto puesto de la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002, convirtiéndose en un ídolo de la afición asiática. Tras este éxito retomó las riendas del PSV Eindhoven.

Copa Intercontinental 1999








Manchester United de Inglaterra 1 (Roy Keane), Palmeiras de Brasil 0

Estadio Nacional de Tokio, 30 de noviembre de 1999
Manchester United 1-0 Palmeiras
Asistencia: 53,372 espectadores
Árbitro: Helmut Krug (GER)
Gol: Keane (35)
Manchester United: Bosnich, G. Neville, Irwin, Stam, Silvestre, Keane, Butt, Beckham, Scholes (Sheringham), Giggs, Solskjaer (Yorke).
Palmeiras: Marcos, Júnior B
aiano, Arce, Júnior, Roque Júnior, César Sampaio, Zinho, Galeano (Evair), Asprilla (Oseas), Alex, Paulo Nunes (Euller).

El partido
En Tokio, el Manchester United venció por la mínima (1-0), gracias a un gol del centrocampista irlandés Roy Keane en el minuto 35. Marcos, el guardameta del Palmeiras, no calculó bien la trayectoria de un pase de Giggs, y Keane aprovechó para rematar al fondo de la red. En la segunda parte, el propio Giggs falló una oportunidad clara de ampliar la ventaja para su
equipo. La portería de los campeones ingleses también sufrió el asedio del equipo contrario. Mickael Silvestre despejó un dis
paro de Alex en la misma línea de gol. Mark Bosnich, el guardameta del Manchester, realizó un buen trabajo y paró, entre otros, un potente remate de cabeza de Oseas. El hecho de que el Manchester United se hiciera con el título sin haber jugado bien no pareció inquietar a Sir Alex Ferguson, quien declaró: "Estoy muy contento de que hayamos sido el primer equipo inglés que se ha proclamado campeón del mundo. Es algo muy especial".

La figura del partido
El lateral galés Giggs consiguió proclamarse mejor jugador del partido y David Beckham se llevó las mayores ovaciones de los aficionados japoneses, pero el hombre que hizo posible el éxito del Manchester United fue Roy Keane.
El jugador irlandés, famoso por sus potentes entradas, se unió a la disciplina de los Diablos Rojos en 1993, procedente del Nottingham Forest. En su nuevo club sustituyó a Bryan Robson en su papel de motor del equipo y durante los diez años siguientes fue, posiblemente, el mejor centrocampista del fútbol inglés y el representante de Sir Alex Ferguson sobre el terreno de juego.
Su contribución a la causa del Manchester United queda perfectamente ilustrada en su actuación en la semifinal de la Liga de Campeones de la UEFA de 1999. En aquella ocasión, el irlandés consiguió, prácticamente en solitario, la remontada de su equipo, que iba perdiendo por 2-0 frente al Juventus en Turín. Desafortunadamente, Keane no pudo tomar parte en la final. Un pequeño borrón en una carrera plagada de éxitos.

El entrenador
En sus años de jugador, Sir Alex Ferguson fue un batallador delantero centro y como entrenador hace gala de similar combatividad. Su carrera como técnico comenzó en su Escocia natal, en el Aberdeen, un club de provincias de la costa este que, gracias a Ferguson, consiguió un éxito sin precedentes, a expensas de los respetados 'Old Firm', sobrenombre con el que se conoce al Celtic y al Rangers, los equipos de la ciudad de Glasgow.
Bajo la batuta de Ferguson, el Aberdeen se alzó con tres títulos de liga en la primera mitad del decenio de 1980. Incluso pasó por encima del Real Madrid y se hizo con la Recopa de la UEFA. En 1986, y cuando todavía era entrenador del Aberdeen, Sir Alex Ferguson se convirtió en el técnico de la selección de Escocia en la Copa Mundial de la FIFA celebrada en México, en sustitución de su mentor, Jock Stein, que había fallecido de manera repentina. En noviembre de aquel mismo año, Ferguson aterrizó en Old Trafford y comenzó la ardua tarea de restaurar la supremacía del Manchester United en el fútbol inglés.
El éxito tardó en llegar pero, una vez que el equipo conquistó su primer título de liga en 1993, ya no hubo manera de pararlo. Entre los principales logros de Ferguson se encuentran el doblete del Manchester United en 1994 y el triplete en 1999, que incluyó el "Santo Grial": el trofeo de la Copa de Europa. Además el equipo lo consiguió con un fútbol vibrante y ofensivo, que ilustraba a la perfección la preferencia de su entrenador por el juego centrado en las bandas.

Copa Intercontinental 2000








Boca Juniors de Argentina 2 (Martín Palermo 2), Real Madrid de España 1 (Roberto Carlos)
Lugar: Tokyo
Estadio: National Stadium
28 de Noviembre
Espectadores: 60,000
Árbitro: Oscar Ruiz Acosta (COL)
Goles: Martín Palermo (2' y 5'), Roberto Carlos (11').
Real Madrid:
Iker Casillas, Geremi, Hierro, Karanka, Roberto Carlos, Helguera, Makelele,
McManaman, Guti, Figo y Raúl.
DT: Vicente del Bosque
Boca Juniors:
Córdoba, Ibarra, Bermúdez, Traverso, Matellán, Basualdo, Serna, Riquelme, Battaglia, Delgado y Martín Palermo.
DT: Carlos Bianchi


El partido
Qué duda cabe, para la mayoría de la prensa deportiva y de la opinión pública, que el candidato a quedarse con la edición 2000 de la Copa Toyota era el Real Madrid de Vicente del Bosque. Salvo, claro está, para Carlos Bianchi, los jugadores de Boca Juniors y aquellos 2,000 simpatizantes xeneizes que viajaron hasta Japón para alentar a los suyos... Boca saltó al campo de juego sin complejos, mostrando la concentración digna de un equipo maduro, y sorprendió a los Merengues al anotar en sus dos primeras llegadas por intermedio de Martín Palermo (2' y 5'). Si bien el Real descontó rápido gracias un impresionante zurdazo de Roberto Carlos (11') y dominó a su rival de allí en adelante, la falta de claridad y mala puntería fueron apagando su ímpetu. El golpe de final lo asestó Juan Román Riquelme, quien gracias a su exquisita habilidad con el balón hizo correr los últimos minutos ante la desesperación de los jugadores madrilistas, quienes terminaron tirando pelotazos frontales, facilitando así la tarea a la defensa rival. Boca volteaba al gigante y volvía a abrazarse a la gloria.
La figura del partido
Si bien gracias a sus dos goles Martín Palermo fue premiado como el Jugador Más Valioso de la final, no puede soslayarse la consagratoria actuación de Juan Román Riquelme. Estos dos jugadores, hoy ídolos xeneiz
es, fueron las mejores individualidades de un equipo con hambre de triunfos cuyo mérito fue ser una precisa suma de engranajes. El mismo Riquelme se encargó de aclararlo tras el partido: "Todos han hecho un gran partido, yo sólo he aportado mi parte".

El entrenador
Tras haber llevado en 1994 a Vélez Sarsfield, un modesto club argentino, a lo más alto del fútbol mundial, la contratación de Carlos Bianchi por parte de Boca Juniors ilusionó a su parcialidad. Sin embargo, pocos deben haber imaginado que su llegada marcaría un antes y un después en la historia de la institución. Apenas asumió Bianchi, en julio de 1998, Boca cortó una sequía de seis años si vueltas olímpicas, hilvanando en el proceso una racha de 40 partidos sin conocer la derrota. Bajo su mando, que se dividió en dos ciclos con un interregno de un año, el club logró nueve títulos, cuatro locales y cinco internacionales, entre ellos, dos veces la Copa Toyota en tres intentos. La primera de ellas tuvo tintes de hazaña, ya que su rival fue un Real Madrid con estrellas de la talla de Raúl, Luis Fig
o y Fernando Hierro, entre otros. Líder indiscutible y gran formador de grupos, Bianchi armó un Boca con su estilo: un equipo sólido, en el que el conjunto se antepone a las individualidades. "Nosotros sabíamos muy bien a quién teníamos por delante, pero también que no éramos menos que nadie. Sin creernos los mejores, conseguimos merecidamente el título", aseguró tras la consagración.







Boca vs Real Madrid Segundo Tiempo
 
the futbol-in. Design by Pocket